Dulce Noviembre.

Me llamo al celular y  yo estaba en el 1er piso sola, en mi cama, hablando con el, y me decía que me quería  ver, eran entonces las 10:30 y yo le dije que no nos íbamos a poder ver, cuando de pronto escucho que alguien baja y le dije llámame ya mismo.

Y el destino se puso a jugar de celestina en complicidad con mis pensamientos, “mis primas iban  a salir” me afirme y no tarde en escribirle y decirle.. “Conseguí verte.”

Se le detuvo el corazón, colgué la llamada y en ese instante me cambie y salí; cada quien cogió su camino y yo lo fui a ver, me dijo que estaba con todo su grupo y que ella estaba ahí, muy bien le digo vamos donde tus amigos para verla a ella, me respondió: "¿segura?" y yo respondí "sí.”

Fuimos y estaban todos sus amigos, parecían estar aparentando a jugar a una secta, donde todos vestían de negro sentados en la playa, cuestionándose si yo llegaría; Salude a todos con un hola para su sorpresa y me devolvieron el saludo de la manera más ingrata posible.

Nos separamos del grupo, nos sentamos en una parte apartada de la playa, donde las olas rompían, estábamos frente al mar.

Comenzamos a conversar y yo me acosté sobre la arena, se coloco encima de mí y me beso, comenzamos a besarnos y de repente la vida quiso ser participe de ese momento, solo de nosotros y que la noche fuera inimaginable, como si fuera todo un sueño fabricado para nosotros dos; Los juegos pirotécnicos se iniciaban y el me abrazaba, me besaba y mirábamos los castillos de luces en el cielo, era como si el mundo solo fuera de nosotros dos.

Luego, me levante y metí mis pies en el agua cuando de repente se acerco un amable señor con un ramo de rosas rojas de las cuales el me regalo una, se que no podía creer que fuera cierto y no podía creer que esa noche fuera hecha para mí, pero lo era, en verdad lo era. Pregunte: 
“ ¿es en serio?” y el solo..
“tómala, es para ti” respondió.
 Le dije “así no me la vas a dar” mientras se levantaba como si siguiera un plebeyo las ordenes de su princesa, yo caminaba hacia atrás y para atrás llevándolo hacia el mar y él me perseguía y me perseguía y yo reía, como si fueramos dos personas, dos fichas distintas complementadas en una pelea donde yo ya renuncie a ir en contra y donde el salio victorioso al convertirse en mi realidad.

Me atrapó y yo puse mis mas brazos en su cuello, nos besamos y fue perfecto, así, acostados en la arena, riéndonos y jugando como si no existiese nadie mas y como si la noche jamas se acabará. 
Era mas de media noche cuando me acompaño a caminar y mientras íbamos saliendo de ese maravilloso lugar, un extraño me regalo un cumplido en un soplo de viento y él voló en celos, me sentía alagada era la verdad, pero el debía recordar que yo solo era para él, en ese instante, yo no le pertenecía a nadie mas que no fuera el... y el decidió no olvidar que yo era solo suya...