La tristeza debería ser considerada como el arte de amar,
el poder sentir y reconocer que la vida es fugaz minutos antes de volar,
que los minutos son tiempos de búsqueda de razones para prevalecer ante todo,
que las búsquedas son palabras inciertas que esperas duden en oír
porque las personas que amamos tienden a sentir lastimadas por evitar que se lastimen,
rogamos que en el fondo no nos oigan, no nos escuchen, que nos ignoren para olvidar que la parte mas difícil de la vida es pedir perdón, y esperar ser absuelto por la herida.
Como todos, muchos tenemos una búsqueda de amar, prevalecer, confiar, sobrevivir
considerar a la tristeza el don de poder aprovecharlo todo, intensamente,
porque como saben cada uno, el tiempo es el único que no descansa, el que tiene el trabajo de quedarse corriendo, que nunca se lamenta caídas y deslices porque jamas se detiene,
mientras nosotros tenemos el poder de caminar y aprovechar cada uno de los latidos, de la vida del corazón.
Porque la tristeza te recuerda en el fondo del mar que la capacidad de amar,
solo se la puede vivir una sola vez, y en un solo palpitar.
